martes, 17 de febrero de 2009

Parlamento de Colonias


Reflexión ciudadana: ¡cambiemos a los políticos!

Dicen los ingleses que a los pañales de los bebés y a los políticos hay que cambiarlos frecuentemente, y siempre por las mismas razones. En eso estamos ahora, a punto de cambiarlos otra vez…

El problema que nos encontramos aquí, sin embargo, es que el material de cambio es reciclado y no se ha limpiado, pero nos lo ofrecen como nuevo, sin una sola mancha. Nadie usaría un pañal sucio, que acaba de desechar, para ponérselo otra vez a su bebé o, peor, a otro pequeño. Honestamente, ¡qué cochinada!

Esa cochinada pasa cada tres años en el ámbito político. Elegimos a los mismos funcionarios, diputados federales y locales, para otros puestos, sabiendo que llevan años de ensuciarse y algunos hasta apestan, porque ya han sido re-usados varias veces. ¡Qué cochinada! Bastaría con que los ciudadanos recordáramos casos como el de los mil 800 permisos de construcción irregulares dados en la anterior administración del Ayuntamiento de Guadalajara, ¡el premio ser diputado local! Pero en Zapopan también tiene lo suyo. ¿Recuerda usted el caso del juicio que perdió el Ayuntamiento en contra de un particular? Qué pasó con tantos dimes y diretes de juicio político, de denuncias penales. Aunque no lo quieran reconocer, se habla de que al final el arreglo de esto fue político; el costo se arregló en la mesa. Tan satisfactorio fue para ambas partes, que jamás se volvió a hablar de ello, el premio para el principal actor ¡ser precandidato a una diputación local! Ante estas cochinadas, no lo dude: si no es por elección popular, lo será por mayoría representativa.

Lo peor del caso es que cada tres años nos hacemos esas esperanzas e ilusiones de un cambio limpio: “Ahora sí, ese candidato tiene cara bonita, él es honrado, por fin, una persona capaz”. Si se trata de belleza, acuérdense que hace poco arrestaron a una reina de belleza por narcotraficante. Obviamente, no es por ahí; cómo formarnos un criterio.

Entonces, ¿por dónde?

Antes que nada, tenemos que aceptar el papel que nos toca, somos los patrones y buscamos contratar personal apto para los puestos de elección popular. Antes de entrevistar a cualquier candidato, el patrón tiene que hacerse un perfil que debe cumplir la persona que llegue a ocupar ese puesto; es decir, el candidato debe ser apto para cumplir con las responsabilidades y obligaciones que exige ese puesto. Por ejemplo, no cualquiera puede llegar a ser un encargado del sistema de cómputo de una empresa; sólo alguien que haya estudiado computación y aporte los documentos que lo acrediten como tal. No cualquier persona es apta para ser gerente general de un corporativo empresarial. Se necesita un mínimo de edad, un mínimo de estudios y experiencia que garanticen al patrón un mínimo de riesgo; después de todo, se le pagará un salario de ejecutivo y sus responsabilidades son muchas, y si no sirve, puede causar un problema grave para la empresa. Pero, por lo menos, el patrón puede recapacitar si se equivocó, y despedir al candidato elegido, corrigiendo así el error cometido.

Nosotros, los electores, no tenemos esa posibilidad. La revocación de mandato no se prevé en la ley. Por eso, más vale que nos hagamos una idea, un perfil del puesto que solicita ocupar algún candidato, con el fin de elegir a la persona que compruebe ser apta para cumplir con las responsabilidades que exige el puesto solicitado. Y vaya, para presidente municipal, por ejemplo, son demasiadas responsabilidades. Para empezar, son miles de empleados y funcionarios que tiene bajo su mando. Esto exige a un candidato que tenga amplio conocimiento y experiencia en el manejo de personal. Y no solamente eso, sino además que pueda comprobar que su experiencia fue exitosa, que tenga logros palpables en esa actividad. Hablando de amplia experiencia, es obvio que eso no se consigue en pocos años, por lo que debemos hablar de cierta edad mínima que pueda garantizar los años de experiencia que pedimos.

Creo que ya nos estamos enredando. ¿Qué queríamos hacer? Un perfil para presidente municipal. Y ya nos topamos con un problema: estamos exigiendo requisitos que difícilmente puedan cumplir los candidatos tradicionales de los diferentes partidos. Pedimos una edad mínima y conocimientos y experiencia comprobables. Y eso no es todo. Aparte, como ya mencionamos antes, no queremos re-usar los pañales sucios. Entonces, los aspirantes a presidente municipal tendrían que acreditar que están limpios, que su historial los acredite como personas íntegras, congruentes entre lo que dicen y lo que hacen.

Como ven, elegir no es poner una cruz en un cuadrito; es investigar, evitar el riesgo de contratar a alguien que no sirve, descartar a quienes ya comprobaron que no sirven para nada.

Entonces, ¿qué nos queda? Exigir a los candidatos que cumplan con el perfil que nosotros los ciudadanos definimos para la contratación de los puestos vacantes. Y si no cumplen. ¡Adiós, candidato! Acuérdense, si elegimos al equivocado, no podemos corregir el error y va a apestar la presidencia municipal durante tres largos años. ¡Qué cochinada!

Responsable de la publicación: José Fernando Estrada Godínez, encargado de la Secretaría de Comunicación Social del Parlamento de Colonias de la Zona Metropolitana. Correo electrónico para recibir denuncias y sugerencias: eg_fernando@hotmail.com.

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