lunes, 10 de agosto de 2009

Invita a combatir las situaciones que afectan la calidad de vida

Señor Director: Otra vez le estamos solicitando atentamente nos haga el gran favor de insertar en su sección El Correo Ilustrado la siguiente carta:

Si le ha tocado la desgracia de la o el desconsiderado al lado, enfrente o contra esquina de su casa, quien es una fábrica de ruido a toda hora. Si ha sufrido a la o al inconsciente que le dice ufan@: “estando yo en mi casa hago lo que me da la gana ¿cómo ves?”. O el juniorcito de arrancones y música estridente con el automóvil que papá puso en sus manos desde los 14 años. Si la vida le ha impuesto a quien hace de los fines de semana sinónimo de parranda privada en lugares públicos y, por lo tanto, de escándalo, sin que la policía se tome el trabajo de intervenir y solucionar oportuna y eficazmente la transgresión.

Si le ha tocado sufrir los pleitos y exhibiciones de la bulliciosa pareja contigua. Si ha vivido la sobresaltada emoción de patanes que se anuncian, no con el timbre de la casa o tocando a la puerta, sino con el claxon desde media cuadra antes. Si ha vivido la experiencia de personajes altaner@s, gritones de esas y esos de vida aglomerada y “transparente”, porque todo el mundo se entera de manera involuntaria de sus aconteceres cotidianos.

Si en la madrugada ha sido despertad@ por el marido borracho que no trae llave y harta a gritos a la enfurruñada esposa hasta que le abren la puerta. O ha soportado a encantadores noctámbulos que continúan la pachanga en la calle/estacionamiento/mingitorio/basurero una vez que se ha terminado la fiesta de enfrente, al lado, o a la vuelta de la habitación de usted. Si ha sufrido la experiencia de que le taladren los oídos afuera de templos, o con el inclemente perifoneo de gas, remedios milagrosos, pan, tortillas, agua, cocina económica, compradores de cosas usadas, uno tras otro, una y otra y otra vez…

En suma, si se siente afectad@ en su calidad de vida, hart@ y desesperad@ por la incompetencia y pasividad de las autoridades ante tanta tortura y violencia psicológica, ¿no cree que ya basta de vulgaridad, de abuso y de impunidad?

Tenemos el convencimiento de que con diagnósticos, denuncias, propuestas, organización ciudadana y la ley en la mano, podemos combatir esa irritante molestia. Le invitamos a que tome contacto con nosotr@s: culturadelsilencio@gmail.com

Víctor Manuel Caamaño, Guadalupe López García

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