martes, 3 de marzo de 2009

Quirarte: aun en la urbe más agreste hay espacio para la reconciliación

Ya tocó fondo la descomposición de la sociedad, ahora le toca renacer, indicó


El escritor prepara una novela histórica sobre los viajeros mexicanos en Nueva York

CECILIA DURAN

El escritor Vicente Quirarte
Lupa
El escritor Vicente Quirarte Foto:HECTOR JESUS HERNANDEZ

“La ciudad me obsesiona por una cuestión no sólo intelectual, sino personal. Tuve el privilegio de nacer en el corazón del corazón del país, en el centro de la ciudad de México, yo soy centrícola como dice José Joaquín Blanco. Cuando dejo de ir al centro, después de un tiempo, siento que algo me falta, siento que mi adicción por el centro de la ciudad, con todo y que es cada vez más complicado, más inseguro, más agresivo en todos los sentidos, sigue teniendo estos espacios de epifanía y de comunión en los que uno puede encontrar la conciliación con la urbe”, dijo el poeta, ensayista, dramaturgo y cuentista Vicente Quirarte, quien visita la ciudad para ofrecer un curso y la cátedra magistral De la famosa México el asiento: el poeta y la ciudad.

Sin embargo, esta misma ciudad que obsesiona y enamora al autor, hoy está vestida de violencia y de agresión. “Alguna vez leí una reflexión que decía que México nunca había vivido una situación tan terrible como la actual, con un problema de ingobernabilidad, con una agresión que se da en todos los niveles, desde quien tira la basura en las calles hasta quien se pasa el alto o mata al vecino por ‘quítame esas pajas’, sobre todo ahora que la gente empieza a armarse y los civiles empiezan a tomar las armas.

“Creo que la historia de México demuestra que siempre hemos enfrentado conflictos así. En México de 1821 y 1855 en el que no sólo había conflictos armados en las ciudades, sino que los caminos eran terriblemente inseguros. Sin embargo, a pesar de la inseguridad, había otros códigos de conducta, no había este sadismo ni esta falta de respeto absoluto por la vida en la que vivimos hoy, (antes) los ladrones tenían códigos.

“Uno puede pensar que los criminales matan a los criminales pero la violencia se extiende no sólo hacia las víctimas inocentes sino hacia una descomposición en la sociedad, eso es lo más preocupante. Pero una vez que se toca fondo la sociedad renace, no puede permanecer en pozos negros de forma permanente”.

El autor de Sintaxis del vampiro dijo que la ciudad de Medellín, Colombia, puede ser un ejemplo de cómo una ciudad puede salir adelante. Allí “los niños las primeras palabras que aprendían a decir era metralleta. Todo eso ha cambiado radicalmente gracias en gran parte al proyecto de poner bibliotecas en los barrios más desprotegidos. Las bibliotecas no son sólo lugares donde hay libros, sino que son espacios culturales, hay campos deportivos, lugares para que jueguen los niños. Esa atención a los desprotegidos a través de la cultura ha dado resultados extraordinarios. Creo que el caso de Medellín debe servir para decir, como decimos en futbol, que sí se puede”.

Quirarte también destacó que cada ciudad tiene un esquema organizativo, una anatomía particular, sea Buenos Aires o México, todo el mundo recorre sus calles, todo el mundo siente el deseo de regresar a casa después de la cotidiana representación que le corresponde, y sin embargo, cada ciudad tiene su lado peculiar, así como cada lengua o cada obra de arte adquiere las características de su nacionalidad.

“A mí me ha interesado a lo largo de los años entender lo que es el espacio urbano en general pero también el espacio en el que nací y en el que vivo… En general es muy fácil despotricar contra la urbe, decir que es un espacio inhabitable y de manera contradictoria quienes más lo dicen son los que menos quieren abandonarla. La huida de la ciudad es un tema frecuente, pero tarde o temprano, humillados los rendidos, convencidos los escépticos, regresamos a la concentración urbana. Tal pareciera que el amor por la ciudad es un amor imposible pero tarde o temprano volvemos a ella. A mí me gusta el viaje, pero siempre tengo la perspectiva de que voy a regresar. La ciudad está ahí”, dijo el escritor, ganador del Premio Xavier Villaurrutia.

Una novela histórica

Quirarte contó que prepara una novela histórica, que está bastante avanzada. “Terminé un libro que está por aparecer sobre viajeros mexicanos en Nueva York, viajeros que estuvieron en esa ciudad entre 1830 y 1895. Es un libro que está por aparecer y se llama Republicanos en otro imperio. Viajeros mexicanos en Nueva York. Es interesante ver en esos 65 años, hay una especie de biografía involuntaria, heterodoxa, variada, por los cambios de la ciudad.

“Me quedó tanto material a raíz de la investigación que decidí que podía ser interesante la novela que se ciñera a los años 1864 y 1867, es decir, cuando los mexicanos estén en Nueva York durante el imperio de Maximiliano, que se van allá para continuar la lucha. Estuvieron Francisco Zarco, los soldados que primero estuvieron expulsados en Francia y después regresaron a Nueva York, Pantaleón Tovar. Es un mosaico interesante de gente que estuvo por allá”.

Quirarte es el primer invitado del año de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar. Imparte el curso Contra el ángel inmóvil: Lecturas de la Ciudad. La cátedra magistral De la famosa México el asiento: el poeta y la ciudad la ofrecerá el viernes 6 de marzo a las 19 horas en el Paraninfo Enrique Díaz de León (avenida Juárez 975). La entrada es libre.

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