martes, 11 de noviembre de 2008

El enemigo en casa


Fragmento

     Nos enfrentamos a una sociedad mexicana que cada vez demanda más estupefacientes. Lo cierto es que, en tanto existan consumidores, lo vendedores de drogas al menudeo seguirán proliferando; en tanto no se ataque la causa, cada día habrá más organizaciones dedicadas a la venta de drogas ilegales en nuestro país. Parte del problema es que precisamente por la demanda de drogas, el narcomenudeo sigue siendo un negocio muy rentable. Sin lugar a dudas, el problema está íntimamente ligado al alarmante incremento den el consumo de drogas en nuestro país.

     Parte del problema al que hoy no enfrentamos es precisamente que ni las autoridades locales ni el gobierno federal quisieron enfrentarlo; de alguna manera  se cegaron ante una realidad que prácticamente decidieron ignorar durante mucho tiempo.

Y es que, aunque se había identificado que el consumo de drogas crecía cada día y se generalizaba, la administración de Fox no quiso atacar o no supo dónde hacerlo; ni siquiera se atrevían a aceptar que México pasó de ser un país de traspaso, producción y venta a gran consumidor en poco tiempo. Con dificultad tuvieron que hacer un cambio de discurso para reconocer que el consumo en México es peligroso. Todavía en 2002 las autoridades locales y federales no se atrevían a reconocer que el problema del consumo de drogas ilícitas se estaba disparando; Hoy sabemos que en los últimos ocho años ese consumo creció en México un 66 por ciento, según cifras extraoficiales. Sin embargo, y probablemente por razones políticas, se negaba el fenómeno, lo único que se logró con esta absurda negación fue que, mientras las autoridades servían de tapaderas a los consumidores, los narcomenudistas fueron instalándose de manera sigilosa y con un crecimiento exponencial.

    El problema es serio y hace falta una estrategia de salud pública más agresiva contra las adicciones.

     Tenemos claro que el consumo de drogas ilegales en este país se ha convertido en un fenómeno alarmante, pero ¿quiénes están consumiendo, qué están consumiendo y en qué zonas lo están haciendo? Lo que es cierto es que la incursión de mujeres y jóvenes de menor edad es cada vez mayor. Al comparar el índice de consumo en México encontramos que es inferior al observado en otros países.

     Más de 200 mil adolescentes de entre 12 y 17 años han usado drogas. La proporción por sexo entre los usuarios es de 3.5 hombres por cada mujer. Tal vez uno de los fenómenos que provoca mayor preocupación en este país es que cada día disminuye la edad en que se inician los consumidores o adictos. Hoy podemos ver pequeños de ocho años que ya entraron en el terrible mundo de las drogas. La edad más frecuente para iniciar el uso de inhalables son los catorce años; la marihuana muestra la máxima elevación alrededor de los quince años, y la cocaína a los 16. La edad en que se inicia la experimentación con estimulantes tipo anfetamínico es entre los catorce y los dieciséis años. Según los informes de los Centros de Integración Juvenil, 78.2 por ciento de los pacientes empezó a consumir drogas ilegales entre los diez y los diecinueve años, lo que da un promedio de 17.1 años.    

     Es necesario abordar el problema de las adicciones desde la perspectiva de que es una enfermedad, más allá de los factores socioeconómicos y familiares que puedan incidir en ella. Existen varios factores de riesgo que contribuyen de manera importante a la drogadicción: el pertenecer a una familia disfuncional, el consumo de drogas por parte de familiares o amigos, la deserción escolar y, por supuesto la disponibilidad de las sustancias. Desgraciadamente, uno de los factores más peligrosos es tal vez que algunos jóvenes llegan al consumo de drogas ilegales mediante las legales, como el alcohol y el tabaco, en busca de aceptación social.

   Las metanfetaminas son precisamente una de las nuevas tendencias de consumo y son extremadamente peligrosas. A diferencia de sustancias como el alcohol, cuyo proceso de adicción a veces lleva décadas, los efectos de estas drogas son altamente tóxicos, y la dinámica de la adicción se desarrolla muy rápido: en pocos años e incluso con pocas ocasiones de consumo las consecuencias son terribles.

     Hay una tendencia cada vez más preocupante y es precisamente que el consumo de las sustancias se realiza en forma combinada. En la actualidad, difícilmente encontramos personas que consuman una sola droga; por el contrario, las combinan con otra sustancia: alcohol y cocaína,  anfetaminas y cocaína...

     La doctora Cornelia María Moreno Robles —directora general de Avalón— explica que una de las tendencias que preocupa por el riesgo que supone, es el uso de alcohol, que “está siendo más prematuro, alrededor de los 13 años, y el alcohol es la entrada para otro tipo de drogas”.

     Y es que el gobierno mexicano ha dado prioridad a la lucha contra el narco, medida que por un lado puede ser aplaudida, pero que, por el otro, abandona o deja en segundo término la prevención ante esta ciega persecución de narcotraficantes. Más que una guerra en contra del narcotráfico lo que urge es hacer frente al desmedido incremento del consumo de estupefacientes en el país con medidas que tengan resultados a corto plazo.      

 

El enemigo en casa. Drogas y narcomenudeo en México

Ana María Salazar y Jorge Fernández Menéndez

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