martes, 2 de diciembre de 2008

Santa Anna

Aplaude García Márquez ópera de Carlos Fuentes
Elogió la actuación de Fernando de la Mora durante la presentación de Santa Anna en el Teatro Diana

Gabo se unió a la ovación del público a la obra de Fuentes
Notimex. El Universal Guadalajara Martes 02 de diciembre de 2008 12:24 Coronada con una cerrada ovación, la ópera Santa Anna, del escritor mexicano Carlos Fuentes, fue presentada anoche en el Teatro Diana de esta ciudad y al final, el laureado Gabriel García Márquez, elogió las actuaciones del tenor Fernando de la Mora y el resto de la compañía.
La música en vivo de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), ejecutada de manera impecable, denotó la depurada técnica interpretativa de la agrupación que, en perfecta armonía con De la Mora, alcanzó el objetivo de impactar al público que asiste a la Feria Internacional del Libro (FIL) en esta capital jalisciense.
El teatro no se llenó, sin embargo, el público que ocupó sus asientos hizo más ruido que un estadio de fútbol cuando al término de la representación, apareció en el escenario el autor de "La región más transparente" para agradecer la presencia del público. En su silla de honor, "Gabo" no pudo menos que unirse a la ovación aplaudir durante dos minutos.
La ópera, estrenada recientemente en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris del Distrito Federal, ofrece reminiscencias de pasajes de la cultura popular, así como una buena cantidad de datos históricos presentados directamente o a través de simbolismos mágicos. "Santa Anna" es parte del Homenaje Nacional que se rinde al autor.
Los asistentes presenciaron la vida personal del llamado "Vendepatrias", con sus razones y pasiones, su carrera militar y su actividad política, que fue presentada en el escenario. Todo inicia cuando "Toño" duerme mientras sus súbditos, los mexicanos, lo buscan para que remedie los males que padecen, en lo personal y como ciudadanos.
Santa Anna, quien gobernó a la nación en 11 periodos, es rodeado de entes como "La Catrina" del grabador José Guadalupe Posada, quien lo acosa de manera constante hasta arrinconarlo en su silla de gobernante (que le queda enorme y sobre ella luce pequeñísimo) para decirle: "Toño, no seas pend..jo"; el público asentó con la cabeza.
Gustó demasiado la música del cubano José María Vitier, quien dirige a los instrumentistas de la OFCM desde diversas perspectivas de géneros y estilos para hacer lucir la exuberante variedad de sonoridades que acompañan a la historia de México; en el ambiente coexistieron arreglos sinfónicos con las ricas raíces folclóricas.
El toque popular lo puso el grupo Mono Blanco, con una dotación instrumental propia de la región veracruzana y un zapateado que brilló en el escenario. Esa agrupación, fundada en 1977, mantiene la esencia del género con tal calidad y respeto, que ha sido aplaudido en Inglaterra, Francia, Japón y 17 países más. Su tradicionalismo conquistó.
La ovación final no fue gratuita, pues si bien la portentosa voz de Fernando de la Mora imprime un extraordinario realismo dramático al trabajo operístico de Fuentes, la soprano Lourdes Ambriz, las mezzosopranos Verónica Alexanderson y Grace Echauri, y el tenor Hernán del Riego, completan el cuadro de intérpretes del bel canto.
A lo largo de la trama, Antonio López de Santa Anna se muestra cuando vive en un retiro solitario donde su mujer, María Dolores Tosta, recluta a mendigos de la calle para hacerle honores al "Señor Presidente de la República". Así, la pareja mira hacia el pasado para revivir diversas épocas de su existencia.
Una diferencia evidente entre el estreno mundial en la Ciudad de México y la presentación aquí anoche, fue el intenso dramatismo que músicos, actores y cantante prodigaron en el marco de la FIL, que contrastó con cierta tibieza que se observó en la capital del país.
cvtp

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