Parlamento de Colonias
◗ Cambiemos a los políticos II
Tomando en serio nuestro papel de patrón, en busca de un candidato ideal al que podamos contratar para ocupar el puesto de presidente municipal, nos propusimos la semana pasada hacer primero un perfil para ese puesto, para luego buscar la persona que cumpla con el perfil.
Suena fácil, pero en concreto vimos que los pocos requisitos que hasta aquí descubrimos necesarios para un presidente municipal, son difíciles de cumplir para los candidatos tradicionales de cada tres años en el escenario político. Mencionamos una edad mínima, amplios conocimientos en el manejo de personal y además dijimos que no queremos re-usar los pañales ya sucios, o sea, que sean limpios, no queremos políticos reciclados quienes en el pasado han demostrado que no sirven para otra cosa que su propio beneficio y el de sus “cuates”.
El peligro de equivocarnos puede causar un problema grave, ya que no hay forma de revocar el mandato una vez encomendado al candidato elegido. ¿Cómo evitar un error? El perfil que pretendemos hacer, debe especificar los suficientes requisitos que nos puedan ofrecer ciertas garantías sobre el candidato. ¿Entonces, no es suficiente exigirle que tenga por ejemplo 40 años mínimo, que pueda demostrar una amplia y exitosa experiencia como gerente de recursos humanos en un corporativo, que además no sea uno de los diputados chapulines que andan por ahí buscando hueso, prometiendo todo lo que no hicieron en su anterior puesto?
No, no es suficiente. Un presidente municipal debe conocer a la gente, sus problemas y necesidades, es más, debe ser uno de ellos, de nosotros, alguien que ha sido parte de nuestros apuros, de nuestras críticas, de nuestra vida diaria. Que esté comprometido con nosotros, para defendernos y protegernos, respetarnos como sus patrones y garantizar su lealtad hacia nosotros y sobre todo, saber y reconocer la obligación primordial de su puesto: cumplir y hacer cumplir la ley.
Pero, ¿cómo puede garantizar un candidato todo eso? Digamos, puede garantizar su edad con su acta de nacimiento, puede garantizar su eficiencia profesional con su título universitario, con los documentos que acrediten su experiencia y el éxito obtenido en su carrera profesional como administrador, gerente general, etcétera, puede documentar su experiencia política y sus logros, diplomas, certificados, pero comprobar su compromiso con nosotros, los ciudadanos comunes, compromiso que cumplirá cuando lo hayamos elegido, esto sí está cañón.
Si fuera una persona que en su pasado haya sido parte o, mejor todavía, líder de algún movimiento u organismo social, de misión ciudadana, que durante ese tiempo cumplió lo que prometió, podría darnos alguna seguridad, pero garantía como tal, no creemos. Si conoce y reconoce los principales organismos de representación ciudadana en la Zona Metropolitana de Guadalajara, nos aumentaría nuestra seguridad; pero si se compromete a llevar a cabo consultas y revisiones periódicas con esos mismos organismos, podría ser la persona indicada. Sólo que ya sabemos que para ganarse votos, los políticos firman cualquier compromiso y después, una vez electos, la amnesia se apodera de ellos como una epidemia generalizada de su clase.
Entonces, ¿Dónde estamos? Queríamos hacernos un perfil para el puesto de presidente municipal y ya estamos a punto de tirar la toalla, sintiéndonos como si hubiéramos llegado al lugar donde empezamos. Vamos resumiendo los magros resultados, con el fin de ver si valió la pena, buscar ese perfil que nos pudiera servir de medición, para saber si es o no apto un candidato para ese puesto: solicitamos pues, contratar una persona que tenga las siguientes características comprobables:
1.- Mayor de 40 años
2.- Experto en el manejo de personal
3.- Administrador brillante
4.- Amplísimos conocimientos generales en:
- Cultura
- Leyes
- Desarrollo Urbano
- Medio Ambiente
5.- Amplia experiencia exitosa en todo lo de los puntos 2 y 3
6. Formación social y comprometido con la sociedad.
Ahora bien, si queremos que cumpla con todo eso el candidato de nuestra elección, obviamente, no vamos a creer si nos lo cuenta, si no tendremos que asegurarnos de que así sea, es decir, no podemos ahorrarnos el trabajo de investigar. Si estamos dispuestos a eso, valió la pena nuestro análisis de un perfil. Si no queremos hacer el necesario trabajo de indagar, pues, mejor tachen todo y presenten su voto invalidado, porque no están capacitados para la emisión de un voto ciudadano y responsable.
¿Ven lo que les dijimos hace una semana? Votar no es poner una cruz en un cuadrito. El riesgo de equivocarnos podría traer las consecuencias que tememos: que se re-use un pañal sucio, un político que apesta. ¡Y apestará tres largos años en la presidencia municipal! ¡Qué cochinada!
Responsable de la publicación: José Frenando Estrada Godínez, vocero de comunicación social del Parlamento de Colonias de la Zona Metropolitana.
Correo electrónico para recibir denuncia aportaciones y comentarios eg_fernando@hotmail.com o al teléfono 32-88-21-68.
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